La Catedral – “LA SEU” de Palma de Mallorca

Esta joya arquitectónica puede llamarse con toda seguridad el punto de referencia de Palma: La catedral “La Seu”, que se eleva magníficamente sobre los tejados del casco antiguo y que, iluminada de día o de noche, es la tarjeta de visita más imponente de la capital insular. Es una visita obligada cuando se exploran las propiedades del casco antiguo de Palma, y definitivamente no es un lugar aburrido para visitar, ya que “La Seu” guarda innumerables detalles e historias. Por cierto, la vista de la catedral es un argumento tan fuerte para comprar una propiedad en Palma de Mallorca como la vista del puerto. La catedral se construyó sobre los restos de una mezquita incendiada en 1229; la fachada oeste no se terminó hasta 1604. La versión actual de la iglesia gótica se la debemos al obispo Pere Joan Campins (1898-1915), que quiso acercar la diócesis de Palma a la isla, tanto espiritual como lingüísticamente.

Entre 1904 y 1914, Gaudí dirigió cambios estructurales revolucionarios en todo el presbiterio, que hasta entonces estaba dispuesto de tal manera que la mayoría de los fieles no podían ver el altar mayor. Gaudí se limitó a adelantar el coro hacia la Capilla Real y dispuso la sillería del coro, bellamente tallada, con un centenar de asientos a ambos lados del altar del siglo XIV. Mandó trasladar el púlpito a su ubicación actual y mandó decorar algunas de las paredes con cerámicas realizadas según sus diseños por la empresa mallorquina La Roqueta.

El llamado “milagro de la luz” de la catedral

Así, los creyentes y visitantes ahora disponen de una vista libre a través de las tres naves hasta el altar. El impresionante interior con 14 esbeltas columnas de casi 22 metros de altura es algo digno de admiración. Pero lo que más encanta a los visitantes hoy en día, y que da a cada misa el toque de absoluta festividad, es el dosel que se cierne sobre el altar. Tiene la forma simbólica de una corona – algunos también hablan de una nube o de la proa de un barco, en referencia a la proximidad del mar. Igual de impresionante y de ahí el consejo especial de Minkner & Partner: El llamado “milagro de la luz” en la catedral. Cada 2 de febrero y el 11 de noviembre, siempre que el cielo no esté nublado, la luz del sol llega a la roseta de la ventana este por la mañana y crea un colorido reflejo de luz en la pared interior del portal principal, debajo de la roseta oeste. A las 8:30 de la mañana, la luz y la ventana redonda forman una colorida forma de ocho. Miles de espectadores siguen el espectáculo, que atrae a casi tantos curiosos como la tradicional visita de la Familia Real española el domingo de Pascua.